Viajar es vivir


La sostenibilidad de las marcas comienza en sus líderes
Una visión del futuro de proyectos y emprendimientos


“Viajar es Vivir” una frase famosa que hasta se convirtió en cliché por parte de agencias de viajes, aerolíneas y hasta planes de asistencia al viajero, donde buscaban (o siguen buscando) que más que una promoción, sea una promesa y compromiso para quienes contraten sus programas de vacaciones, y es que, hoy en día, Viajar nunca fue tan necesario: Es un factor económico social donde siempre se invierte para ganar, ya sea en salud física, mental y hasta espiritual.
El conocer otras latitudes y culturas debe, en teoría, enseñarnos otros puntos de vista sobre cómo vive la gente, sus costumbres, tradiciones y formas de hacer las cosas, lo que a su vez nos enseña a ser más tolerantes y humanos, además de inspirarnos ideas que quizás hasta ese momento no le habíamos dado forma para nuestros propios emprendimientos.

Actualmente, y luego de una larga, pero muy larga “congelación” que tuvimos en nuestras vidas en lo personal y profesional, se valora muchísimo el poder salir a “respirar” literalmente, tener otros vistas, ver y compartir con otras personas, probar otros alimentos, en fin, salir de nuestro círculo para beneficiar la mente, el cuerpo, el corazón y el alma, con un viaje.
Es aquí donde radica el secreto de la sustentabilidad de muchas marcas: el contar con líderes comprometidos con el bienestar, con la educación y superación, el saber manejar las crisis desde el punto de vista emocional (además del financiero, social y medio ambiental) y que ese conocimiento pueda externarlo y permearlo a sus colaboradores, es parte de lo que un viaje es capaz de hacer, no importa si es cerca o lejos, ya tomar la decisión, hacer la maleta y organizarlo todo es parte de esa experiencia que nos otorgará relax y alegría.

Ya sea un viaje de incentivos, un plan de “Teambuilding Day”, un compartir entre el equipo, es algo que sólo algunos han podido valorar como parte de su planeación de trabajo, pero que realmente han podido ver los frutos. Volvemos con más ímpetu, salud, energía y algo para contar y externar con otros.
Recientemente, y como parte de una activación de fidelización a un cliente, nos fuimos a España, visitando Madrid, Salamanca, Santiago de Compostela, A Coruña, Barcelona y Tenerife. Es un ejemplo de país que ha estado abierto a muchas nacionalidades y donde convergen tantas y tantas culturas e idiomas no sólo de España en sí (nótese que pasamos del castellano al gallego, del gallego al catalán y del catalán al canario) sino de otras tantas lenguas y acentos que han hecho vida en este país.

Aprendimos a no comparar, a disfrutar del día de “hoy” porque no sabemos mañana (cambios bruscos de temperatura, cancelaciones de actividades, en fin) a valorar a quien te atiende y respetar sus formas de expresión, de vestir y de compartir, es algo que no podríamos saber si no lo hubiéramos vivido. No existe video en internet que pueda transmitir lo que se experimenta en un viaje, y eso es verdaderamente algo que no podrá ser suplantado en nuestro plan de vida, si, pero también desde el punto de vista profesional o como líderes o colaboradores de cualquier proyecto.
Ahora más que nunca, que estamos súper atareados y con un millón de compromisos, una “escapada” fuera de nuestro entorno habitual es la verdadera medicina que se necesita y que ¡¡causa efectos tangibles!! Ya sea a otra ciudad, la playa o la montaña, un pueblo retirado o un recorrido por varios destinos, no regresaremos igual que cómo nos fuimos, y más aún si cada experiencia, cada bocado, cada suspiro lo tomamos como una inyección de vida, sabiduría y aliento para seguir adelante.
La sostenibilidad de las marcas comienza en el ejemplo, la toma de acción y el trato de sus líderes con sus colaboradores, con su comunidad y con su medio ambiente, no basta en delegar solamente, sino en creerlo desde la misma cúspide del proyecto.