Gran Dabbang celebra su onceavo aniversario como uno de los grandes proyectos gastronómicos de Argentina

El proyecto de Mariano Ramón cumple once años elaborando platos de influencia asiática a partir de los mejores productos del país y recibiendo a sus comensales con buenos sabores, calidez y un gran servicio.


Gran Dabbang, el restaurante de Mariano Ramón, celebra este año su onceavo aniversario, bien asentado como uno de los restaurantes más prestigiosos de la ciudad. El pequeño proyecto de la Av. Scalabrini Ortiz es elegido no solo por montones de comensales de la ciudad, el país y el mundo, sino también y sobre todo por colegas de la gastronomía que reconocen la enorme calidad de la propuesta gastronómica del proyecto.

Muy poco tiempo después de su apertura, allá por 2014, Dabbang comenzó a figurar y a trepar posiciones en rankings y listas como la de los Latin America’s 50 Best Restaurants (en la que figura actualmente en el puesto 18); sin embargo, los reconocimientos no tienen un impacto real en la cocina de Mariano, quien elige desde siempre cultivar un perfil bajo, propio de alguien que fue jefe de mercado.

“Este aniversario nos encuentra con la misma ilusión y con la misma energía que abrimos el primer día”, dice Mariano. “Más allá de la experiencia que cosechamos a lo largo de los años, creo que una de las razones por las cuales el restaurante sigue vivo y sigue en la mente de todos es porque siempre mantuvo esa esencia y esa energía de ser un lugar que se está construyendo constantemente. En ese sentido, nos jugó a favor no haber sido nunca un restaurante de moda; eso nos permitió desarrollarnos a nuestro propio ritmo. No se sienten como once años, para mí es como si hubiésemos abierto ayer. Y aunque hay una evolución y se ven ciertos cambios, ciertos avances, cierta profesionalización, cuando entro al restaurante siento esa misma energía, esa misma ilusión, esa misma esencia del primer día”.

Algunos de los platos de Gran Dabbang ya son grandes clásicos, como sus currys, sus pakoras, sus labnehs y sus postres; estos íconos no cambiaron desde la apertura del restaurante, y los comensales no permitirían que se vayan de la carta. “Es un restaurante de los mismos comensales, genera mucho sentido de pertenencia”, reflexiona Mariano. En cuanto al equipo, hay un gran trabajo por asegurarse de que todos tengan un profundo conocimiento de los platos y los productos involucrados en el menú, porque el servicio está a cargo de los cocineros. Sobre esto, el chef agrega: “Pocos restaurantes se pueden dar el lujo de que cada persona que te atienda conozca cada detalle, cada preparación y cada ingrediente por haber hecho los platos todos los días”.

Mariano Ramón es una figura clave de la gastronomía local contemporánea y un puente activo con productores de todo el país. Su cocina, en constante cambio, se nutre de esos vínculos para ofrecer una carta dinámica, que no se define por una identidad fija —ni india ni del sudeste asiático—, sino por una suma de influencias que llegan desde viajes, experiencias, visitas y colaboraciones. Lo central siempre es el sabor, y Mariano lo encuentra explorando múltiples caminos.



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