Abreboca, la neo-pulpería de Chacarita que combina sabores autóctonos con técnicas actuales, celebró su primer aniversario
De la mano de una muy buena cocina y charcutería propia, el restaurante cumplió un año como uno de los nuevos grandes puntos del barrio, y lo festejó con un gran locro el miércoles 9 de julio.

Hace un año, el 9 de julio, nació en Chacarita Abreboca, una original propuesta que se destaca por su gastronomía y por su espacio, que además de contar con una ambientación poco habitual en el circuito de las nuevas aperturas, ofrece un patio andaluz que completa la identidad expresada por la carta.
Este miércoles, coincidiendo con las celebraciones por el 9 de Julio, el restaurante abrió excepcionalmente al mediodía para celebrar su primer año de edad a lo grande, con el tradicional locro que preparan para las fechas patrias a partir de una receta familiar. El secreto del sabor único de este locro está en el zapallo; no cualquier zapallo, sino el plomo, que en Buenos Aires es difícil de conseguir, aunque la cremosidad que buscan en Abreboca se suplanta bien con el cabutia. El locro, que tuvo entre cinco y seis horas de cocción, fue la estrella del día.
“Este fue un año de intenso aprendizaje, con un proyecto que asume el desafío de ser una pulpería, algo que no abunda en la ciudad. Un lugar como el nuestro, que apunta a la historia de la gastronomía criolla y al producto del rico suelo argentino, tiene mucho para decir y representar sobre la matriz federal de la cocina argentina. Hacia adelante tenemos mucho para seguir contando y mucho para crecer, sin perder la armonía entre calidez y familiaridad que nuestros comensales disfrutan tanto, junto con platos que logran la tarea de sorprenderlos incluso con recetas adaptadas a las técnicas de hoy pero tan arraigadas al sentir de la gastronomía nacional”, dicen desde el equipo de Abreboca.
La carta del restaurante es moderna y dinámica, con raciones frías y calientes que incluyen opciones como repollitos de Bruselas con vinagreta de miel y almendras tostadas; leberwurst con ají vinagre; salchicha de cordero con puré de porotos y pickle de peras; morcilla con huevo frito y reviro; y escabeches, encurtidos, chacinados y charcutería propia, además de una panera con pan de campo y torta frita. Entre los principales se destacan platos como el ojo de bife con manteca de chimi y el pastel de boniato. A la hora de los postres, son populares el flan de maíz con crema de mascarpone y toffee de dulce de leche; los panqueques con dulce de leche ahumado; y el sambayón con garrapiñada de almendra. Los platos son acompañados con una destacada carta de vinos, además de bebidas sin alcohol.
El lugar y la atención sostienen los aires de pulpería sin perder elegancia y estilo, lo que invita a que todo tipo de clientes se sientan cómodos y bien recibidos. Desde Abreboca creen que es posible definir una identidad nacional desde la gastronomía, recordando al público local de dónde viene y a la vez transmitiendo nuestra cultura a quienes llegan desde otras partes del mundo. En este sentido, para ellos las pulperías son el kilómetro cero de la restauración en Argentina.